Presidentes Masones

Diez presidentes del Gobierno de España que pertenecieron a la Masonería (1868-1939)

Congreso de los DiputadosDesde la revolución de 1868, conocida como La Gloriosa, y que supuso la salida de España de Isabel II, y hasta el final de la IIª República en 1939, diez políticos, miembros a su vez de la Masonería, ostentaron la Jefatura del Gobierno de España.

Juan Prim y Prats, fue el primero, Manuel Azaña Díaz quizás el más conocido, Diego Martínez Barrio el más comprometido. Acompañandoles en esta lista, Manuel Ruiz Zorrilla, Práxedes Mateo Sagasta, Segismundo Moret, Alejandro Lerroux, Ricardo Samper Ibañez, Manuel Portela Valladares y Santiago Casares Quiroga. Si además incluyésemos a los Presidentes de la República en el exilio entre 1939 y 1977, otros cuatro presidentes incrementarían la relación: José Giral, Rodolfo Llopis, Álvaro Albornoz y Fernando Valera.

Cada uno de ellos tuvo una relación especial y diferente con la Masonería. Corta y casi anecdótica la de Azaña y profunda y duradera la de Martínez Barrio. De ellos, tres (Ruíz Zorrilla, Sagasta y Martínez Barrio) fueron Grandes Maestres de la masonería española. Los dos primeros del Gran Oriente de España, y el tercero del Grande Oriente Español. Cuatro de ellos, Prim, Ruiz Zorrilla, Sagasta y Moret, pertenecieron al Partido Progresista.

La vinculación política de la masonería, durante los gobiernos de turno y la primera parte del siglo XX, hasta la caída de la IIª República, siempre causaron gran polémica. Acusaciones de extrema politización y sectarismo fueron muy comunes. Una polémica suscitada tanto desde fuera de la Masonería, como desde dentro. Desde fuera para alertar sobre su supuesta peligrosidad. Incluso para justificar la persecución que sufrió. Desde dentro, porque los landmarks (límites de la conducta masónica establecidos en las Constituciones de Anderson de 1723), prohiben las discusiones políticas y religiosas en las logias.

No discutiré la sabiduría de estas recomendaciones contenidas en las Constituciones, aunque cuando se formularon, el contexto político, social y religioso distaba todavía mucho del que alumbró los ideales modernos de la orden masónica. De hecho la masonería ya intervino de manera decisiva y directa en el alumbramiento de la primera república democrática de la historia en 1776, primera vez en la historia en la que la soberanía del pueblo era la conductora de su destino.

¿Puede una institución que tiene como lema Libertad, Igualdad y Fraternidad, ser ajena a la política? Sincera y rotundamente no. Maticemos por tanto los landmarks, sabios en cuanto conocen la naturaleza humana, y advierten de los peligros, y de las miserias de la politización, pero que no pueden obviar, la grandeza de los ideales que defiende la masonería, y la lucha a favor de los mismos. Fue en este contexto en el que se trabajó en las logias la abolición de la esclavitud en Puerto Rico primero y Cuba después, abolición en Puerto Rico aprobaba bajo la presidencia de Segismundo Moret.

Otros fueron los males de la masonería previa a la Guerra Civil. Proselitismo, politiqueo y clientelismo como motores de la afiliación interesada, para medrar en la política. Como denunciaba Diego Martínez Barrio en 1926: «Desgraciadamente muchos masones confunden las logias con vulgares asociaciones políticas». Estos fueron los males que llevaron a que las bancadas del Congreso vieran a ciento cincuenta masones, aceptando las recomendaciones, cuando no las órdenes, sobre el sentido de su voto, al dictado de las logias. El mal no fue la legitima defensa de la Libertad, de la Igualdad o de la Fraternidad, sino el politiqueo cotidiano y la búsqueda del favor fraternal mal entendido.

Personalmente defiendo dentro de la Orden masónica, la interpretación menos dogmática y más dinámica del landmark, que limita la acción política de los masones. Trescientos años no pasan en balde. Nuestros ideales están al servicio de la transformación de las sociedades y trabajarlos es una obligación que no puede eludir un apego patológico a una tradición centenaria. No me gusta, sin embargo, que las logias se involucren directamente en el trabajo político más allá del debate de las ideas. Para hacer declaraciones ya esta el Gran Oriente o la Gran Logia que nos representa. Para hacer política ya están los partidos políticos.

En cualquier caso, para los interesados en estas figuras políticas de la historia no tan lejana, hacemos un somero repaso a los diez presidentes del gobierno español que fueron masones:

  • Juan Prim es el primero de esta lista, y quizás uno de los más conocidos. Militar de prestigio y político tenaz, tuvo que hacer frente a las consecuencias del derrocamiento de los Borbones encarnados en Isabel II. Fué enemigo de cualquier restauración borbónica y también a la causa de la Iª República y defendió el cambio dinástico en la figura de Amadeo de Saboya. Murió en atentado el 27 de Diciembre de 1870.
  • Manuel Ruiz Zorrilla, como Prim, era miembro del Partido Progresista en el que coincidió con destacadas figuras del progresismo como Espartero, Olózaga, Sagasta o Madoz. Coincidió en el gobierno del general Serrano, con Prim en el ministerio de Guerra y Sagasta en el de Gobernación, mientras él ostentaba la cartera de Fomento, una de las más potentes del gobierno. El asesinato de Prim torció el camino del Partido Progresista y le llevó a grandes enfrentamientos con Sagasta.
  • Práxedes Mateo Sagasta, la gran figura del progresismo tras la muerte de Prim, y uno de los más activos militantes en la sublevación de 1868. Se ha dicho de él, que fue masón sólo por el prestigio que en aquél tiempo tenía la pertenencia a la masonería, pero en cualquier caso, sea cierto o no, llegó a ser Gran Maestre de la masonería del Gran Oriente de España y la masonería alcanzó un desarrollo desconocido hasta entonces bajo su mandato como Gran Maestre.
  • Segismundo Moret. Este gaditano fue brevemente Jefe del Gobierno, pero en ese escaso tiempo firmó leyes importantes, como la Constitución y la abolición de la esclavitud en Puerto Rico en 1870. La abolición de la esclavitud ha sido una de las causas más queridas de la masonería. La existencia de un potente lobby pro-esclavitud en Madrid impidió su abolición en Cuba (400.000 esclavos) al mismo tiempo que en Puerto Rico (29.000 Esclavos). La de Cuba se pospondría hasta  el 13 de febrero de 1880 y fue promulgada por Alfonso XII siendo ministro de Ultramar José Elduayen.
  • Manuel Azaña llegó a ser cuatro veces Jefe de Gobierno y posteriormente Presidente de la IIª República. Su iniciación en la masonería, siendo ya Jefe del Gobierno, es realmente algo singular. Su pertenencia a la masonería fue anecdótica y su carrera política es bien conocida.
  • Alejandro Lerroux fundador primero de la Unión Republicana y dirigente años después del Partido Radical Republicano, llegó a ser seis veces jefe de Gobierno, durante el Bienio Negro de la IIª República. Hombre impetuoso y de concepciones radicales, muchas veces en los límites de lo tolerable por la conducta masónica. Aliado de la derecha mas montaraz durante el Bienio Negro.
  • Diego Martinez Barrio es quizás la figura más importante, de los políticos que estuvieron vinculados con la masonería, por la solidez de sus convicciones políticas y masónicas. Fue Presidente del Gobierno, de las Cortes y Presidente de la IIª República. Hombre de humildes orígenes y trabajador infatigable, accedió a las más altas magistraturas sin tener ninguna cualificación académica. Su compromiso politico y masónico fueron ejemplares, tanto hasta la sublevación de 1936, como posteriormente en el exilio hasta su muerte en 1962.
  • Ricardo Samper fue miembro de la Unión Republicana Autonomista, fundada por Blasco Ibáñez, y encabezó la candidatura republicano socialista en Valencia, por la que fue Diputado en Córtes en 1931. Participó en la redacción de la Constitución de 1931. Posteriormente la Unión Republicana Autonomista, derivó hacia el Partido Radical Republicano de Lerroux de la mano del hijo de Blasco Ibáñez.
  • Manuel Portela masón gallego, que fue Presidente de la Generalidad gallega, antes de ser Presidente del Gobierno. Se afilió a la masonería en la Logia Fenix nº 381 de Barcelona.
  • Santiago Casares Quiroga presentó su dimisión como Presidente del gobierno el día de la sublevación fascista 18 de Julio de 1936. Previamente Casares Quiroga fue ministro de Marina, en el Gobierno de Alcalá Zamora, y fue ministro de Justicia, en el tercer gobierno de Azaña..Este gallego de nacimiento se afilió a la masonería en Madrid, en la Logia Hispanoamericana nº 379.

IZ

(Artículo cedido amablemente por un miembro de nuestra Resp. Logia Altuna Nº 52. En base al absoluto respeto y libertad de conciencia individual, las opiniones expresadas en el mismo corresponden únicamente a su autor, y pueden no ser representativas de la opinión de otros miembros de la Logia)

 

 

 

 

 

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